El Pleno del Ayuntamiento de Totana, ha aprobado esta mañana, con la mayoría absoluta del PP, los presupuestos municipales para el 2006, que suman más de 46 millones de euros, sumando la Corporación y la Sociedad Municipal que gestiona el Polígono Industrial.
El Portavoz de IU, Pedro Martínez, ha manifestado en su intervención, la incapacidad para ejecutar el presupuesto de ingresos de 2005. Como ejemplo ha puesto que de 7 millones previstos de convenios urbanísticos, no se ha recaudado ni un céntimo, con el consiguiente “agujero” que acumula la elevada deuda financiera del consistorio totanero.
“Para 2006 se contemplan 10.342.500. Euros de ingresos en convenios, añadidos a los 2.830.000 euros que pretenden recaudar de la venta de suelo municipal. Estas previsiones son descabelladas y supondrán otra vuelta de tuerca a la nefasta gestión económica del PP en Totana…” manifestó Martínez Gómez.
Asegura Martínez Gómez que las cuentas aprobadas, con la mayoría absoluta del PP, son irreales y llevaran a la Corporación a la ruina, por la falta de pago a proveedores y pequeñas empresas. Juan Morales todo lo fía a la recaudación por convenios, venta de suelo público, subida de impuestos y multas. Añade que en inversiones productivas, como vivienda y adquisición de suelo industrial, el Partido Popular no ha ejecutado ni un euro de los 3.721.000. que tenían previsto en los dos últimos años, paralizando el crecimiento económico y renunciando a promover viviendas protegidas para jóvenes, que IU impulsó en la anterior etapa de Gobierno.
Según IU los datos de la evolución económica de la Corporación hablan por si mismos: La deuda municipal supera los 30 millones de euros, a la concesionaria de la Recogida de Basura se le adeudan cerca de 5 millones de euros; los gastos de personal se han elevado, desde el 2004, en un 35%. La contribución urbana, ha sido incrementada en un 45% desde el 2003, cuando prometieron reducir impuestos y la recaudación por multas se eleva a un 20% en el mandato del PP.
Desde IU, se considera unos presupuestos irreales, que fomentan el gasto improductivo y paralizan las inversiones en los sectores estratégicos, como la vivienda o la creación de empresas, así como en barrios y pedanías.